Carta de Reflexión

Tengo ganas de volverte a ver pero... ¿Que tan bueno sería eso? Desde donde yo lo veo resultaría muy desagradable, porque de vos ya no se nada, pero de mí se todo lo que de vos espero. No tengo ninguna razón, ningún motivo para esperar algo, pero ahí estoy yo, a la expectativa de algo que no quiero superficialmente que se de. Pero por dentro estoy ansioso, porque aunque se que vos te olvidaste de todo, yo todavía recuerdo cada chiste estúpido, cada anecdota sonsa y cada charla por más corta que haya sido. No se me borran esos sucesos. Están puestos en loop dentro de mi mente y cuando estoy con los demás creo tener el control para pausar esa secuencia pero siempre que estoy solo vuelve hacia mí. Es horrible. Es horrible pensarte sabiendo que no voy a verte, pensar en un chiste que no voy a poder contarte, recordar algo que me contaste y querer referenciarte, hablar de momentos compartidos y tener que nombrarte porque hasta mis personas más cercanas sabían quién erás y quién sos. Pero yo no. Yo nunca pude ni voy a poder entender como no supe quien eras vos, y a día de hoy, quien sos. ¿Quien sos? Seguro debes haber cambiado y eso es lo único que me deja tranquilo, que hayas podido continuar a pesar de como te traté, como una desconocida, se que quiero encontrarte pero en el fondo también se, que cuando lo haga voy a tener que enfrentar la verdad, y la verdad es que no te merezco.